¿Qué es la Radiodermitis y cómo prevenirla?
La radioterapia (RT) es uno de los principales tratamientos empleados en oncología para destruir las células tumorales. Un tipo de tratamiento que afecta directamente a la piel, puesto que las radiaciones ionizantes tienen que atravesarla para poder llegar a la zona tumoral. Es lo que se conoce como «Radiodermitis«. Si estás recibiendo radioterapia, en este post te contamos qué es la Radiodermitis y cómo prevenirla.
¿Qué es la radiodermitis?
La Radiodermitis es la alteración de la piel producida por las radiaciones ionizantes de la radioterapia. Se trata de un conjunto de síntomas que pueden englobar: eritema, descamación seca, maceración y, en los casos más severos, ulceración. Existen diferentes grados dependiendo del tipo de tratamiento y de la sensibilidad individual.
¿Por qué se produce?
El tratamiento de radioterapia consiste en destruir las células cancerosas con las radiaciones. El problema es que este tratamiento no diferencia entre la células sanas y las cancerosas, por lo que daña también a las primeras. De este modo, se produce una alteración en la piel que impide su correcta regeneración y renovación.
Es una enfermedad que afecta en torno al 95% de los casos. Es variable. Puede consistir, simplemente, en una leve molestia o, por el contrario, en los casos más graves, puede ser necesario interrumpir el tratamiento y llevar a cabo cuidados específicos de enfermería.
¿Cómo podemos prevenirla?
Es esencial seguir siempre las instrucciones que el médico indique. No obstante, en la Guía de cuidados estéticos para el paciente oncológico de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) nos muestran una serie de pautas y consejos a tener en cuenta para las personas que estén recibiendo tratamiento de radioterapia:
Para intentar prevenir o minimizar, en la medida de lo posible, la aparición de Radiodermitis, se recomienda:
- Acudir a las sesiones con la piel limpia. Preferentemente, lavarse con agua tibia y jabón de pH neutro sin perfume. (No aplicar ningún producto en la piel como mínimo dos horas antes de la sesión).
- Hidratar la piel con productos adecuados al menos dos veces al día
- No usar colonias, perfumes, lociones aromatizantes o productos con elementos metálicos en las zonas a tratar
- No utilizar agua caliente o mantas térmicas
- Evitar la exposición directa al sol
Cuando se recibe un tratamiento de radioterapia, se suelen producir cambios en la zona radiada de la piel, no afectando normalmente al resto de la piel del cuerpo. Las alteraciones que se producen en la piel son similares a una quemadura solar. Generalmente, después de dos o tres semanas, comienza a aparecer una coloración rojiza (eritema) en la zona tratada. Si el tratamiento es largo, esa zona va adquiriendo una coloración más oscura que, normalmente, desaparece al cabo de unos meses, una vez finalizado el tratamiento. Esa coloración es debida al efecto de la radiación en la piel, no es suciedad, por lo que no se debe intentar quitarla frotando con jabón, ya que podría irritarse.
Para ello, se recomienda:
- Proteger totalmente del sol la zona radiada. Si vas a exponerte al sol, la mejor protección es evitar el contacto directo y, para ello, puedes utilizar gorros, camisetas, prendas y complementos que te eviten la exposición directa al sol de esa zona.
- No llevar collares, cadenas, aros, corbatas elásticos o gomas de la ropa interior o cualquier tipo de prenda que pueda irritar la zona tratada.
- Utilizar ropa holgada y cómoda para evitar este tipo de molestias.
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