La protección solar durante el tratamiento oncológico
Durante los procesos oncológicos la piel se vuelve fotosensible. Esto quiere decir que la piel reacciona de una manera excesiva a la luz solar, pudiendo desencadenar reacciones de fototoxicidad o fotoalergia. Por ello, es de vital importancia una buena protección solar durante el tratamiento oncológico, con el fin de evitar un envejecimiento prematuro de la piel, arrugas, irritaciones, manchas y sequedad excesiva. Especialmente, en primavera, cuando empezamos a disfrutar de los primeros rayos de sol, conviene recordar que es importante protegerse de los efectos nocivos que pueden conllevar.
¿Qué es la fotosensibilidad?
La fotosensibilidad es una reacción cutánea excesiva a la luz solar. Puede ser idiopática o bien ocurrir después de la exposición a determinados fármacos o productos químicos tóxicos o alérgenos. En ocasiones es un signo de enfermedad sistémica (p.ej., lupus eritematoso sistémico, porfiria, pelagra, xerodermia pigmentaria). El diagnóstico es clínico. El tratamiento varía con los diferentes tipos.
Así lo confirma un artículo publicado en Manual MSD, en el que nos indica que existen diversas reacciones poco frecuentes que ocurren después de una exposición a la luz solar. Los pacientes con fotosensibilidad pronunciada deben ser evaluados para descartar trastornos sistémicos o cutáneos asociados a la luz.
Asimismo, según la «Guía de cuidados estéticos para el paciente oncológico», publicada por la AECC, la gran mayoría de los tratamientos oncológicos provocan fotosensibilidad cutánea. Por esta razón, está completamente desaconsejada la exposición a la luz solar, siendo lo ideal permanecer en zonas de sombra o cubrirse con telas suaves, gorros, pañuelos, etc… No obstante, hay que tener en cuenta que ciertas zonas están expuestas mientras caminamos, tanto en invierno como en verano, y conviene mantenerlas protegidas, pues son especialmente sensibles. Nos referimos en concreto a la cara, manos o el cuero cabelludo. Para ello, es esencial contar con un fotoprotector solar, SPF 50 como mínimo, para mantener también estas zonas protegidas de la exposición al sol.
¿Cuáles son las recomendaciones para una correcta protección solar?
Un estudio de afecciones cutáneas, aprobado por la Junta Editorial de Cancer.Net en 2019, nos muestra que algunos tipos de quimioterapia, radioterapia y trasplante de células madre pueden hacer que la piel sea más sensible a la luz. Para ello es esencial seguir las siguientes recomendaciones:
- Evitar la exposición solar, especialmente entre las 10:00 y las 16:00h, y aplicarse de manera frecuente, renovándola cada dos horas, una crema fotoprotectora con SPF 50 como mínimo. Es recomendable seguir estos mismos consejos también los días nublados, ya que las nubes y los cristales no bloquean los rayos UVA.
- Estos cuidados deben mantenerse durante todo el tratamiento y también el año siguiente a su finalización. Es posible que la piel quede especialmente sensibilizada, por lo que se recomienda ser siempre muy cautelosos con la protección solar.
- Proteger la piel, cubriéndose con tejidos naturales como el algodón, sombreros de ala ancha, gorras…
- Buscar la sombra siempre que sea posible y mantenerse bien hidratado, bebiendo agua cada poco tiempo.
¿Cómo aplicarse correctamente el protector solar?
- Si estás recibiendo tratamiento oncológico, elige siempre protectores solares que ofrezcan alta protección
- Aplica el producto sobre la piel limpia y seca
- Ponte el producto unos 20 minutos antes de la primera exposición y vuelve a hacerlo cada dos horas máximo. Si sudas mucho o te mojas la piel durante más de 20 minutos, vuelve a aplicártelo
- Utiliza la cantidad suficiente para cubrir completamente las zonas expuestas al sol
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